El triunfo de las redes sociales visuales es consecuencia de que pueden transmitir emociones básicas, en muy poco tiempo, de manera global, pudiendo recrear un relato muy complejo con elementos muy simples. Algo tan acorde a la época que vivimos.
Desde las vanguardias artísticas de principios de siglo, el arte -y los artistas en su recorrido personal- ha tendido a la simplificación, al minimalismo, al lenguaje universal de las formas básicas y los colores simples; la belleza en crudo.
"Less is more". “Mientras más cosas contenga, cuanto más ocupada sea la obra de arte, peor será. Más es menos. Menos es más". La famosa frase del pintor Ad Reinhardt, atribuida a Mies Van Der Rohe, pues tan bien definía su obra.
Cuando comunicamos, la capacidad de síntesis es la habilidad de explicar algo complejo usando el menor número de elementos, haciéndolo comprensible. Utilizamos el lenguaje para entendernos, pero nuestro cerebro realmente trabaja con abstracciones muy simples que representan ideas muy complejas. Tener la capacidad de transmitir a alguien un conocimiento complejo, pero de la manera tan simple como Messi es capaz de, en milésimas de segundo, calcular todas las variables con las que se enfrenta antes de rematar un balón, o como un poeta con la combinación de 4 precisas palabras, emociona; eso es síntesis.
Existen personas muy inteligentes que nunca consiguen transmitir aquello que quieren: se han pasado la vida explicándose y, debido a la falta de hacerse entender, han ido añadiendo capas de complejidad a su comunicación cuando no consiguen transmitir aquello que quieren, llegando al estado de ir sofisticando su lenguaje en la misma medida que su audiencia comprende cada vez menos.
En la era de la infoxicación, donde continuamenet recibimos mensajes, tanto textuales, como visuales o auditivos; cada vez en mayor número y copando todos los medios y todos los espacios (laborales, personales,…), cuando alguien nos ofrece algo simple, sencillo, minimal y dinámico, donde independientemente del mensaje, existe un disfrute en su contemplación, nos llega directo a los centros del placer. Ese es el que capta nuestra atención, porque nos permite desconectar momentáneamente y disfrutar el instante. De ahí el triunfo de, primero Instagram y, posteriormente, Tik Tok. Mensajes visuales donde el relato ("una imagen vale más que mil palabras", nos confirma el dicho) lo construye el espectador mentalmente, a partir de los pocos elementos que se muestran (las "falsas vidas" perfectas de Instagram). Su consumos es rápido y, en el caso de Tik Tok, motivo por el cual ya le ha dado el zarpazo a Instagram entre la generación Z, el contenido además de dinámico es divertido, amen de acompañado del arte emocional por excelencia: la música.
La publicidad siempre lo ha persiguido: los anuncios con más éxito han sido aquellos con mensajes e imágenes muy simples: quién no recuerda esa mano flotando fuera de la ventanilla del coche con el lema “¿te gusta conducir?".
Ya no es sólo que una red social triunfe porque se ajusta a lo “consumible”, sino que se trata de que ahora no vamos a aceptar mensajes de otra manera. Así que, sea desde una intención personal o una estrategia de marketing más o menos compleja, si queremos comunicar, si queremos transmitir un mensaje a cualquier audiencia (un grupo familiar, uno de amigos, a posibles clientes, a la ciudadanía,….) en esta nueva época sólo llegaremos a ellos con mensajes muy simples, dinámicos, divertidos o desenfadados, y en positivo. De hecho, han sido los populismos de todo pelaje quienes han demostrado que es así como, en esta era que ya ha comenzado, se triunfa; incluso contra todo pronóstico.
Comentarios
Publicar un comentario