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Actitud frente a la revolución del conocimiento

 




     Siempre me ha gustado hacer fotografías con encuadres muy ajustados, perspectivas forzadas con pocas lineas de composición y aun menos elementos. Cuestión que ha hecho que prefiera teleobjetivos (óptica que "acerca") cortos a lentes con focal de  gran angular (la que te aleja, que permite ver más "espacio")

    Cierta persona me dijo una vez que eso le sucedía a mucha gente de joven, que primero prefieren los teles y, conforme se hacen mayores, van apostando por opciones más angulares. De la misma manera, prosiguió, que a edades tempranas la tendencia es inclinarse por ideologías de carácter más progresista y, con el paso de los años, se van volviendo más conservadores.

    La pandemia ha significado, para la mayoría de las personas, un  giro argumental en la trama del guion que es la vida de cada uno. En mi relato particular, por lo menos en cuanto a la predilección fotográfica se refiere, la situación ha hecho que fuese cierta la predicción del anciano que un día se puso a charlar conmigo en una calle cualquiera de Barcelona. Debido al tiempo de que dispongo y, entre otras cosas, a la necesaria higiene mental de evitar la ociosidad, me dispuse a retomar como hobby la profesión de fotógrafo, la cual nunca supe monetizar adecuadamente. Creé una cuenta de Instagram (con el mismo nombre que da título a este recién recuperado blog) y desempolvé mi cámara réflex, aparcada durante los 3 o 4 últimos años.

    En mi historia, la mano que la guioniza, me tenía reservado un segundo cambio: el motor de la óptica que suelo llevar puesta en la cámara había llegado al final de su vida útil. Así que, afrontando la situación decidí trabajar sólo con la cámara de mi ya viejo acompañante, un  iPhone7, que fotografía exclusivamente en angular.



    Ahora cabría preguntarse si, con el paso de los años, mis posturas ideológicas también se han modificado tal como sentenció aquel desconocido personaje.

    Si obviamos los ejes derecha / izquierda y conservador / progresista, me he de reconocer  que más que evolucionar se han ampliado; me he vuelto más tolerante. Gracias a una actitud curiosa, al fácil acceso al conocimiento que disponemos y a las múltiples y divergentes experiencias vividas, he aprendido a informarme fuera de mi "cámara de eco". He superado prejuicios y apriorismos, ampliando mis conocimientos a partir de miradas diferentes a la mía. Proceso nada fácil debido a que tu mente, una vez construido un andamiaje ideológico a priori rechaza cualquier opinión que no encaje bien en él. He desarrollado la habilidad de aceptar las razones de quienes opinan contrario a mí, a mirar desde su postura; buscando los puntos en común y tratando de comprender los que difieren. Así he descubierto que no hay una razón absoluta y que cuantos más puntos de vista añades, más fácil se hace ir sumando otros nuevos.

 

    La habilidad necesaria es  saber cómo acceder, seleccionar y relacionar toda la información que tenemos disponible.

 

     De hecho,  en esta 4ª Revolución Industrial, llamada del conocimiento,  se acusa a los nuevos medios, a la web 2.0 y a las RRSS de aportar mucha información pero poco conocimiento. Puedo ver en mi propio espejo que no es así. También se suele decir  que se está formando a las personas para puestos de trabajo que no existirán en 10 años y, por supuesto, que ya hasta se están demandando perfiles muy especializados para los que no existe ni formación. Pero creo que partimos de una base en la que, en general,  se desconoce el uso de las herramientas para extraer ese conocimiento del grueso del la información. El proceso de aprendizaje basado exclusivamente en la memorización ya estaba obsoleto hace 25 años. Hoy en día, la habilidad necesaria es saber como acceder, seleccionar y relacionar toda la información que tenemos disponible. Más aún cuando tras la pandemia y la llegada de la Spatial Web y el internet de las cosas (IOT) todo será más virtual y, en tantas situaciones, mientras interactuemos con alguien no presencialmente podremos estar gestionando datos en paralelo.


    Saber separar lo importante de lo accesorio, la verdad de la fake new, contraponer puntos de vista opuestos,….  todo ello serán las habilidades que demandará esta revolución de la producción y del acceso al conocimiento.

 

    A mi mente, que trabaja en modo opuesto al mindfulness (no es que sea multitask, sino que funciona manteniendo muchos pensamiento diferentes de manera simultánea), siempre le ha representado mayor esfuerzo retener datos concretos que grandes masas temáticas. En mi caso, los buscadores, la Wikipedia y, más adelante, la opción de acceder en cualquier momento y desde cualquier lugar mediante un smartphone, se han convertido en una extensión de mi cerebro. Hago consultas hasta cuando estoy solo paseando por la calle y voy pensando. Pero depender de ello conlleva un proceso y un aprendizaje: saber separar lo importante de lo accesorio. la verdad de la fake new, contraponer los puntos de vista opuestos,…. todo ello serán las habilidades que demandará esta revolución, también llamada de la producción y del acceso al conocimiento.

    Así que, -volviendo al pronóstico de nuestro simpático abuelete- con dichas aptitudes y el acceso a tanta información, con los años, en el eje intelectual me he vuelto también "fotógrafo" de gran angular, pues he ido aumentando la profundidad de campo (de conocimientos) y abierto la cantidad de elementos que conforman la composición de mi imagen (ideológica).

    Desconozco si todo ello me ha capacitado para los trabajos que demandará el futuro inmediato o -a falta de la tan demandada titulitis- para los actuales. Pero como persona me he enriquecido de tal manera que, con los métodos y herramientas disponibles cuando me formaron a mí, jamás habría lo habría podido hacer.



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